Previsiones.- Abril 2018

 La recuperación de la eurozona, especialmente de los países receptores de nuestras exportaciones hace subir nuestras expectativas

 La inflación parece controlada, estando el IPC estabilizado en el 1,2% en los últimos meses

 La subida de la tasa de paro en el último mes y la tasa de ahorro en mínimos, tienen un efecto directo en nuestra demanda interna que ha cedido una décima, por lo que el consumo de las familias puede bajar en los próximos meses

 La subida del precio del petróleo y la retirada de los estímulos monetarios son factores que preocupan a corto plazo

 

2018

2019

PIB

2,6

2,4

Inflación

1,6

1,8

Paro

15%

14%

Subimos nuestras previsiones de crecimiento; ya percibíamos esa tendencia en el mes pasado al considerar un crecimiento del 2,5% con sesgo alcista hasta un 2,6%. Pero el crecimiento del 0,7% en este primer trimestre confirma que se sigue en la línea con la que se cerraba el año: continuamos en el ciclo expansivo, pero sin recuperar el ritmo de crecimiento del primer trimestre del año anterior.

La recuperación de la eurozona, especialmente en los principales países receptores de nuestras exportaciones: Alemania, Italia y Francia, hace subir las expectativas de la contribución de estos países al PIB de hasta 0,4% puntos (una décima por encima de nuestra previsión del mes pasado). Afortunadamente la inflación parece controlada y las subidas salariales han sido moderadas lo que redunda en el mantenimiento de la competitividad exterior. El IPC anual lleva unos meses estabilizado en el 1,2%, por lo que la subida del petróleo; que habría que esperar a si solo es coyuntural, podría afectar a nuestras previsiones. La tendencia es un ligero incremento de la posición actual por lo que  podría alcanzarse el 1,6% al final del año 2018.

Mientras, la demanda interna contribuye con 2,3 puntos, cediendo una décima a tenor de la probable debilidad del consumo. De hecho, el paro ha subido en el trimestre, que aunque este es un periodo que suele ser malo para el empleo, es significativo que el comportamiento haya sido peor que en años anteriores. No obstante, mantenemos nuestras previsiones de la tasa de paro en torno al 15% para 2018 y del 14% para 2019, si se mantienen las previsiones de crecimiento de la economía.

Además del mal comportamiento del empleo, la tasa de ahorro está en mínimos, mermando la renta disponible de las familias, lo que nos hace estimar que el consumo puede flaquear en los próximos meses.

Sin embargo, el repunte del sector residencial y de la inversión en bienes de equipo, son factores positivos. Nuestro pronóstico con un cierre del 0,7% en el crecimiento del PIB del primer trimestre, sigue siendo que podría continuar con el 0,7% en el segundo y 0,6% en los dos últimos. Sin embargo, lo admitimos, ello sigue constituyendo una previsión conservadora.

Nuestra preocupación a estas alturas está en la subida del precio del petróleo, que ha dejado de ser el viento de cola por nuestra dependencia del mismo. Aunque vemos en positivo, la aprobación de los presupuestos (por la inversión pública) y una posible normalización del problema catalán. Queda por comprobar como superamos la retirada de los estímulos, y cuanto pesaría en nuestro elevado endeudamiento público y privado (aunque viene mejorando este último, en empresas y familias).

En el turismo, la amenaza es la recuperación de mercados alternativos, la fortaleza euro y la debilidad de Reino Unido. Ello hace prever que nos alejemos de los récords de años anteriores, que comience a disminuir la cifra de visitantes, algo que debería intentar compensarse aumentando la calidad de este turismo y en tal sentido el mayor gasto por turista. No podemos olvidar el peso del sector servicios en nuestra economía y del turismo en aquel.

También nos preocupa la caída de la inversión extranjera, aunque la mejora de la calificación riesgo país (principales agencias), y una mayor estabilidad política, al contar con presupuestos, podría revertir la tendencia.