2018 | 2019 | |
PIB | 2,6% | 2,4% |
Inflación | 1,7% | 1,9% |
Paro | 15,0% | 14,0% |
Consumo | 2,3% | |
Exportaciones | 2,5% | 3,0% |
Tasa de ahorro | 5,5% | 5,5% |
Bono a 10 años | 1,8%-1,9% |
Seguimos en la misma línea en cuanto a nuestras previsiones: preferimos ser conservadores y no cambiar nuestros pronósticos.
Las dudas sobre la escalada en los precios del petróleo, la inflación y la evolución del consumo y una tasa de ahorro de las familias por debajo 6%, nos hace ver más complicado el crecimiento del segundo semestre.
Hay que tener en cuenta que la influencia del consumo en el crecimiento del PIB es superior al 60%. De acuerdo a la última información disponible relativa al cierre del primer trimestre, el crecimiento interanual del consumo fue del 2,8%, y esperamos que este crecimiento se aminore en los meses venideros. Se nos antoja, por tanto, que es un parámetro clave en la evolución del mismo que debemos vigilar de cerca.
El descenso de la tasa de ahorro de los hogares en 2017, ya señalado en nuestro observatorio financiero de mayo 2018, al 5,7%, representa la tasa más baja desde 2008 y estimamos que durante el 2018-2019 se mantendrá en estos niveles mínimos, mientras que la deuda bruta de los hogares sigue siendo muy alta.
No obstante se aprecia cierto dinamismo en el mercado hipotecario y en el de inversión en bienes de equipo.
Por otro lado, el crecimiento del turismo va a ser más moderado que en años anteriores. Además, la inversión extranjera directa muestra signos de estancamiento, según los datos del último trimestre. Todo ello, debido a la probable bajada de comercio mundial por los tics proteccionistas y la retirada de los estímulos. La bajada del euro puede favorecer las exportaciones, aunque la mayor parte de estas van destinadas al área euro, que durante el primer cuatrimestre, según datos del INE, excluidos los productos energéticos han crecido el 2,5% y nos revelan por tanto un ligero retroceso del sector exterior, con respecto al ejercicio 2017. Esta tendencia se aprecia en la evolución del incremento del PIB, donde el peso más relevante lo lleva el consumo privado y no el sector exterior como en años anteriores.
No obstante, la inflación y los aumentos salariales pueden ir en contra de la competitividad de las exportaciones.
En cuanto al IPC, incrementamos ligeramente nuestras previsiones del mes anterior. En mayo la variación interanual del IPC era del 2,1%. La evolución del precio del petróleo y el entorno mundial de posibles restricciones arancelarias son causas determinantes de este ligero incremento.
Mantenemos nuestras previsiones en relación a la tasa de paro en torno al 15%.
La mejora del rating de España de las principales agencias y las políticas de tipos cero del Banco Central Europeo, así como la prima de riesgo y los CDS con comportamientos aceptables han ayudado a que la rentabilidad del bono a 10 años esté por debajo del 1,40%. También ha ayudado la percepción de mayor riesgo, que convierte a los bonos en valores refugio, con trasvases de renta variable a bonos. Por el contrario, los aumentos de tipos oficiales por la FED, el aumento de la inflación, la retirada de estímulos y las futuras subida de tipos del BCE presionan al alza.
Nos inclinamos pues por una subida progresiva de la rentabilidad del bono a 10 años a lo largo del año hasta el 1,8-1,9%, pudiendo incluso saltar en momentos puntuales de incertidumbre la barrera del 2%, y siendo su tendencia natural que este suba más a corto que a largo plazo.
En cuanto a la renta variable, consideramos que nuestro selectivo, el Ibex 35, se mantenga y cierre el mes de julio en torno a los 9.850 puntos con una horquilla de +- 2%.