30 de octubre 2015
Es importante que tomemos conciencia de que, en estos momentos, España está en el centro del debate económico, así como de que este debate se está realizando desde corrientes ideológicas opuestas que, a veces, sesgan sus análisis hacia aspectos positivos o negativos, circunstancia que es posible en la medida en que la reciente evolución económica del país arroja datos susceptibles de ser utilizados en análisis contrapuestos.
Asimismo, los contendientes en el debate difieren notablemente en lo que se refiere al establecimiento de la relación entre la trayectoria positiva de la economía española y los factores causales de la misma.
Así, para unos, dicha trayectoria está determinada por las medidas adoptadas de forma interna (reforma del mercado laboral o del mercado de la energía, e incidencia de dichas reformas en el nivel de competitividad de nuestros productos; reducción de los costes laborales unitarios; reestructuración y saneamiento del sistema financiero e implicaciones en la disponibilidad de crédito) mientras que, para otros, está vinculada a eventos externos, ya sea el descenso del precio de las materias primas (especialmente significativo en lo que se refiere al petróleo) o las medidas adoptadas por el BCE (compras de activos que han generado un notable incremento de la liquidez; descenso de los tipos de interés y reducción de la fragmentación que se mantenía entre distintos países de la Eurozona en términos de costes de financiación; caída en la relación de intercambio del euro e impulso a la exportaciones).
En esta última línea argumental,estudios como el recientemente publicado por Centre for European Reforms, Simon Tilford reconoce la bondad de los datos macroeconómicos de nuestro país pero, considera que hay poca evidencia respecto a que los mismos se deban a la política de austeridad y a las reformas implementadas en los últimos años, así como establece que las perspectivas son sombrías y los desafíos formidables.
En su análisis se recoge que :
.- La inflación es demasiado baja como para poder erosionar el valor real de la deuda existente (que, por otra parte, se ha reducido de forma poco significativa) e incrementa el coste real de la nueva financiación.
.- El desempleo se mantendrá en niveles altos durante un largo período, socavando la demanda y manteniendo baja la inflación.
.- La confluencia de mayor coste real de financiación y alto desempleo genera un flujo de salida de capital y trabajadores cualificados.
.- España necesita incrementar su productividad pero, no hay evidencia de que la inversión esté fluyendo hacia sectores de mayor valor añadido, concentrándose el incremento de empleo en el sector servicios, especialmente en turismo (menor valor añadido y sueldos bajos).
.- De otro lado, el gobierno español no puede incrementar el gasto público para contrarrestar estos efectos, a la vez que la Eurozona carece de mecanismos para compensar a las economías más débiles.
.- La evolución positiva de la exportación se asienta en los sectores de la alimentación y los combustibles, más que en sectores de alto valor añadido. Por otra parte, el aumento del consumo interno dará lugar a un incremento de las importaciones que acabará generando un deterioro de la balanza por cuenta corriente.
.- La construcción se mantendrá estancada, dada la negativa demografía del país y el stock de vivienda acumulado.
.- España posee uno de los índices de nacimiento más bajos a nivel mundial, lo que unido a una salida neta de población, da lugar a una reducción de la población en edad de trabajar, factor que incidirá negativamente en el crecimiento económico y dificultará el pago de la deuda pública y privada.
.- Como resultado de estos elementos, España probablemente entrará en la próxima crisis habiendo superado apenas la anterior recesión, arrastrando altos niveles de deuda pública y privada y una ratio de desempleo situada por encima de niveles pre-crisis. Asimismo, contará con escasos instrumentos para combatir la caída de la demanda, lo que incrementa la posibilidad de que dicha crisis sea más profunda que la anterior.
En el campo argumental opuesto, se menciona que:
.- El crecimiento de la economía española se inició cuando el precio del petróleo aún superaba los 100 dólares el barril así como que, los factores externos que han favorecido la trayectoria positiva de nuestra economía, han estado disponibles para el conjunto de países de la Eurozona aunque, indudablemente, no todos los han aprovechado en la misma medida.
.- Las reformas implementadas, junto a la devaluación interna alcanzada, han reducido los costes laborales unitarios, han aumentado la competitividad y han permitido elevar el peso de la exportación hasta representar en torno a un tercio del PIB. Si se atiende al conjunto de la Zona Euro, el crecimiento de la exportación en España, en los últimos años, sólo está replicado por Alemania.
.- El valor actual del PIB, dado el nivel de recursos (capital y trabajo) utilizados para su obtención, pone de manifiesto un significativo incremento de la eficacia en la utilización de los mismos. Por otra parte, tanto la inversión en maquinaria y equipos como la producción industrial -excluida la construcción-, subyacen al proceso de crecimiento del PIB.
.- Asimismo, atendiendo a los datos de la EPA, la creación de empleo acompaña a dicho crecimiento. Ciertamente, la calidad del empleo creado y el nivel de los salarios no es la deseable pero, permite la salida de una crisis que ha golpeado con extrema dureza al mercado laboral. En este sentido, la calidad del empleo y el nivel salarial deberá ir mejorando progresivamente, como forma de sustentar la demanda.
.- La reducción del déficit presupuestario, a lo largo de los últimos años, es indiscutible y notable.
.- La balanza por cuenta corriente ha evolucionado hasta alcanzar saldo positivo, a la vez que la posición de la economía española frente al resto del mundo mantiene una trayectoria continuada de mejora. Así, considerando la trayectoria en el último año (mediante el promedio de los cuatro últimos trimestres), las cuentas no financieras de la economía española presentan un saldo positivo.
.- La reestructuración y capitalización del Sistema financiero, abordada en los últimos años, le permite contribuir desde una posición de solidez a la mencionada mejora de la inversión y el consumo. Así, con datos a agosto de 2015, las nuevas operaciones de crédito al sector privado (excluidos descubiertos) muestran tasas de variación interanual anualizadas del 39,3% a hogares e isflsh (en vivienda, consumo y otros fines) y del 6,2% a sociedades no financieras.
Como se comentaba al principio, los datos pueden soportar análisis efectuados desde una u otra dirección argumental. En nuestro caso, entendemos que es conveniente poner de manifiesto la existencia de este debate que mantiene a España como centro, debate que puede ser objetivo o estar sesgado, puede ser mesurado o alcanzar tintes extremos.
En cualquier caso, es oportuno recalcar que la evolución global de la economía española es positiva, pero que es necesario consolidarla. Ciertamente, se ha realizado un esfuerzo considerable pero, es el inicio de un proceso de reformas de nuestro modelo productivo, que debe mantenerse. No vale el triunfalismo porque, efectivamente, dependemos en buena medida de factores externos y porque, lo avanzado como resultado efectivo e innegable de medidas internas, no es suficiente, a la vez que requiere de medidas complementarias, ajustes y adaptaciones continuas. En este sentido último, miremos con decisión hacia un mayor esfuerzo inversor en innovación y desarrollo, educación y políticas de formación de los trabajadores.