Flash «Análisis de la situación de los mercados tras la congelación de tipos por la FED»

25 de septiembre de 2015
A fin de analizar la situación de los mercados, después del mantenimiento de tipos por parte de la FED, es oportuno observar que, mientras que aquélla ya decidió congelar su programa de compra de activos, los bancos centrales de Japón y la Eurozona mantienen los objetivos definidos en sus programas, por un importe que, sumados, pueden suponer en torno a 130.000 millones de dólares mensuales.

Esta cantidad es, ciertamente, notable pero, ¿en qué escenario hay que situar dicho importe?.

La sostenida caída del precio del petróleo y, en general de las materias primas, está afectando de forma negativa a la actividad económica de los países emergentes, a sus perspectivas de crecimiento y, por lo tanto, a la rentabilidad de las inversiones en estos países.

Junto a este factor, la perspectiva de inicio de una etapa de crecimiento en los tipos de interés, por parte de la Reserva Federal, impulsa a los inversores internacionales a trasladar sus capitales a un mercado más seguro y con rentabilidad al alza.

En este contexto, los mercados emergentes registran una salida de capitales que disminuye el tipo de cambio de sus monedas. La defensa del mismo, por parte de sus bancos centrales, se traduce en una caída de sus reservas en moneda extranjera pero -dado que una parte de estas reservas están invertidas en deuda de países desarrollados- la debilidad económica y salida de capitales que actualmente registran los países emergentes, está propiciando un flujo de venta de deuda de países desarrollados.

En este sentido, según estimaciones recientes (Fulcrum), el Balance del conjunto de bancos centrales de países emergentes, se habría reducido en unos 450.000 millones de dólares en los últimos meses, a raíz del deterioro de la situación en China.

¿En qué medida es relevante este proceso, a efectos de determinar el actual nivel real de relajación o endurecimiento monetario global?.

En la medida en que el proceso de compra de activos por parte de BCE y Banco Central de Japón se ve significativamente contrarestado por la mencionada venta de activos llevada a cabo por los bancos centrales de las economías emergentes. La compra de activos en los mercados, incrementa el precio de los mismos y reduce su rentabilidad, mientras que la venta opera en sentido contrario.

De esta forma, puede verse negativamente afectado el objetivo de inducir a la baja los tipos de interés reales y, con ello, el fin último de estimular la economía real y fortalecer su recuperación. Esta circunstancia podría obligar a BCE y Banco de Japón a incrementar la magnitud de sus programas, o complementarlos. Proceso que, a nadie se le escapa, podría acentuarse en caso de profundización del actual deterioro de las economías emergentes.

En este contexto, apuntemos un elemento adicional de preocupación –que, por otra parte, merece un análisis aparte-: las compras de activos por parte de los bancos centrales está obligando a los inversores privados a extender la duración de sus carteras, es decir, a aumentar el plazo de vencimiento de los activos adquiridos (un vencimiento más amplio representa una rentabilidad mayor pero, aumenta el riesgo de las carteras). Duración –y riesgo- que se podrían ver, adicionalmente, incrementados si se hace necesario ampliar la magnitud de las compras realizadas por los bancos centrales.

Compleja situación multifactorial que, con toda seguridad, no se le escapa a dichos bancos centrales. Esperemos que actúen en consonancia y no den un paso sin coordinar estrechamente sus políticas. En caso contrario, algunos de los últimos episodios producidos en los mercados financieros, podrían ser meros aperitivos.

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