Indudablemente, la negociación entre Grecia y las Instituciones ha suscitado un acalorado debate, tanto económico como ideológico, en el que se han manifestado posiciones reflexivas, en algún caso, pero, en muchas ocasiones, argumentos extremos, incluso bien sustentados, de tal suerte que, más de un lector habrá sido convencido por un discurso y, a renglón seguido, por su contrario.
En lo que nos concierne, vamos a tratar de ser objetivos.
- Grecia representa, en el seno de la Eurozona, una economía débil y de escasa envergadura respecto a la que, por otra parte, todas las entidades financieras y empresas, que han podido, han ido reduciendo su exposición en los últimos años.
- Su situación muestra que no ha hecho bien las cosas. No ha aprovechado la enorme inyección de recursos que la Eurozona le ha facilitado. No ha modernizado su sistema productivo y arrastra deficiencias notables en aspectos determinantes para el mismo, que van desde la legislación al sistema educativo.
- En el ámbito público, su estructura de ingresos es insuficiente; sus costes, excesivos, resultando en un modelo ineficiente que genera una deuda creciente.
- Esta ineficiencia se reproduce, en términos generales, en el sector privado, que compite con dificultad en los mercados internacionales.
- Las características de este cliente, no ha impedido que las entidades financieras de dentro y fuera de la Eurozona, le hayan prestado en exceso, alejándose así de las mejores prácticas bancarias.
En este contexto, el gobierno griego quiso jugar fuerte, desde una postura más ideológica que analítica, perdiendo de vista la correlación de fuerzas. Sólo cabía la derrota pero, sus errores, la han acrecentado hasta la humillación. Flaco favor a su país.
El caso griego permite extraer una lección importante:
- Siempre hay que mantener en buen estado de salud las cuentas propias, en lo público y en lo privado, pugnando de forma continuada por optimizar la competitividad del sistema productivo. De esta forma, los shocks internacionales siempre te encontrarán con los dos pies clavados al suelo.
- Si vas a dar una batalla, cuenta bien tus huestes, y extrema el rigor de tácticas y estrategia, considerando siempre cuáles serían los efectos derivados del peor escenario. Considerando que, no unas pocas, sino muchas veces, doblegarse es mejor que ser quebrado.
No obstante, a pesar de la aparente derrota del gobierno griego, hay una oportunidad implícita en la situación actual:
- Si se lee el texto del acuerdo, las imposiciones establecidas recogen la necesidad de abordar reformas como la liberalización/flexibilización del mercado laboral y de los mercados de productos y servicios, o la modernización/adecuación de la legislación o el sistema impositivo, a la vez que se habla de la inyección de inversiones desde el ámbito comunitario.
- Estas medidas, implementadas adecuadamente, permitirán a Grecia transformarse en una economía competitiva y sostenible.
- El coste del servicio de la deuda griega se ha venido suavizando considerablemente, así como los tiempos establecidos en la misma. En estas condiciones, la adopción contundente de medias de modernización y racionalización económica podrían generar un crecimiento suficiente y capaz de hacer frente al pago de la deuda.
- Por otra parte, se alude a la posibilidad de abordar, de forma íntegra, el tema de la deuda, una vez constatada la adopción de las medidas acordadas.
- Los mercados han asumido positivamente el acuerdo. La rentabilidad del bono español a diez años ha vuelto a descender, hasta situarse en 1,90%. Al menos de momento, el foco de los mercados se desvía hacia a otros temas que, no escasean, ni carecen de relevancia: subidas de tipos por parte de la Reserva Federal y posible reacción de sus mercados internos (bursátil y de bonos) y de los mercados emergentes; desajuste entre las distintas políticas monetarias desarrolladas por los bancos centrales de las principales zonas económicas; mercado bursátil chino; escasa relevancia de la recuperación económica mundial y abundancia de focos de tensión geopolítica.
En este escenario, y ante el período vacacional, es oportuno volver a llamar a la prudencia, a partir de algunas preguntas que dejamos a la reflexión de cada cual ¿se compadece el estado actual de la economía en las principales áreas económicas mundiales con los precios descontados en los mercados de activos?
¿En qué medida es posible, en estos momentos, la rotación tradicional entre los mercados de renta fija y variable?